marzo 30, 2012

La carta orgánica del BCRA

Viniendo de un gobierno que jamás se caracterizó por las sutilezas de sus actos, el cambio jamás podría haber pasado desapercibido aun cuando el principal impacto del nuevo texto de la carta orgánica pasara por el uso de las reservas, y por el incremento en los límites del financiamiento al Tesoro, vía adelantos transitorios. Entonces considerando lo grosero era poco probable que pasara inadvertida semejante barbaridad, la sutileza de la que hablamos hizo que en los bancos se encendiera una la luz de alerta al conocerse el cambio introducido en el artículo 28 de la carta orgánica del banco central. El texto que regía hasta ahora indicaba que la integración de los requisitos de reserva no podría constituirse sino en dinero en efectivo o en depósitos a la vista en el Banco Central. Con la nueva redacción desaparece directamente la posibilidad de la integración de encajes en efectivo, por lo que obligatoriamente esos fondos que los bancos deben mantener inmovilizados y que representan un porcentaje de sus depósitos, deben ir directamente a la cuenta corriente del BCRA. Por consiguiente la sutileza del cambio incluido en el texto tendrá fuertes consecuencias para el sistema financiero. Aprobado por el Congreso, los bancos ya no podrán integrar los encajes con el dinero que mantienen en la caja, sino que deberán depositar la totalidad de esos fondos en una cuenta a la vista del BCRA.

Inicialmente estamos hablando de que la medida significaría nada menos que la transferencia de unos US$4600 millones que hoy manejan las entidades, directamente a las arcas de la autoridad monetaria. La medida tiene un efecto especialmente fuerte en los bancos con importante cantidad de sucursales, y especialmente aquellos con fuerte presencia en el interior del país, ya que son los que tienen mayor porcentaje de encajes en efectivo, es decir, distribuido en el cambio chico de cada una de sus sucursales. El Banco Nación, pese a ser estatal, es el que más sufrirá los efectos de esta medida debido a la cantidad de sucursales que posee en todo el país. Pero también impacta fuerte en varios bancos privados que tienen mucha presencia en el segmento minorista, por consiguiente también buena cantidad de sucursales. El artículo 28 establece también que los requisitos de reserva o encajes, no podrán ser remunerados, es decir, que por el dinero que los bancos deben mantener inmovilizado para tener mayor respaldo ante los ahorristas no perciben rendimiento alguno. Por lo tanto, al dejar de disponer de ese fondeo en las cajas, la consecuencia no sólo será un aumento de la tasa de interés ya que se retirarían del mercado $20.000 millones, sino además una caída en los resultados del sistema. El cambio del artículo 28 tiene otra complicación, ya que los bancos también realizan encajes por sus depósitos en dólares, y cerca de US$800 millones los que se tienen en efectivo en las sucursales para hacer frente a los retiros que efectúan los clientes.

Cuando esas divisas pasen al Central, automáticamente se sumaran a las reservas, y el monto es relevante. Inmovilizar $20.000 millones de lo que hoy tienen en sus cajas en el Central, generara un efecto negativo sobre la liquidez y las tasas de interés. Si el Gobierno está interesado en mantener tasas relativamente bajas para impulsar la actividad económica, esta medida va en la dirección contraria ya que afectara la capacidad de dar crédito. Para el Central, este paso le permitiría absorber una gran cantidad de dinero del mercado sin pagar un solo centavo. De esta forma, dejaría de emitir Lebac y Nobac por una cifra millonaria, por lo cual se ahorraría de pagar una tasa que supera el 12,5% anual. Como éste será un año de fuerte emisión monetaria, para evitar un mal mayor, el Central se vería obligado a absorber también un monto creciente de pesos, pagando por ello un costo que se reflejaría negativamente en su balance. Al recurrir a la absorción vía encajes, el ahorro será significativo. El ministro Hernán Lorenzino se financiará con más adelantos transitorios del BCRA, lo que significa más emisión monetaria, pero el intereses de la titular de la entidad monetaria, Marcó del Pont es el de absorber un porcentaje de la cantidad de pesos que se emitirá en parte para financiar al Tesoro sin incurrir en un gran déficit cuasi fiscal. Esto lo conseguiría absorbiendo una enorme masa de fondos sin pagar una tasa de interés por ello. Así, podría moderar el impacto inflacionario de la fuerte emisión prevista para este año y su traslado a precios. Otra posibilidad para evitar que la medida resulte más problemática seria hacer que el traspaso de encajes a las arcas del BCRA se haga en forma gradual a lo largo del año. De esta manera, los bancos podrían ir rearmándose sin que se produzca una suba tan sustancial de las tasas.

No hay comentarios.: